'Sacramento' de Antonio Soler, o cómo la liturgia se puso al servicio del deseo sexual

Imprimir

El autor malagueño presenta este sábado en la Feria del Libro de Córdoba su historia sobre un sacerdote malagueño

Luis Miranda

Antonio Soler utiliza la imagen de las dos caras de la moneda para hablar de Hipólito Lucena Morales, un sacerdote que ejerció en Málaga en las décadas centrales del siglo XX y que es el protagonista de su última novela, 'Sacramento', que esta tarde a las 20.00 horas presentará en la Feria del Libro de Córdoba. La moneda tiene dos caras opuestas y ninguna de ellas tiene primacía sobre la otra, dice en algún momento de esta obra, publicada por Galaxia Guttenberg.

«No es un sinvergüenza al uso y tampoco tiene que ver con los abusos, porque va más allá. Es la complejidad de alguien que es capaz de lo mejor y al mismo tiempo de lo peor, simultáneamente», cuenta el escritor.

Así, don Hipólito, que vivió entre 1907 y 1985, fue capaz de tener «un comportamiento cristiano y ético ejemplar» y se fajó para ayudar a huérfanos, ancianos y desvalidos. «Y al mismo tiempo crea una corriente subterránea y herética que va contra la esencia de la Iglesia», explica. Crea una congregación secreta en la que mantiene relaciones sexuales con mujeres que se han confesado con él y cuyos deseos conoce.

La complejidad de la escritura

«Trato de meterme en la piel de alguien de esa complejidad, de esas características. Pensé que podía funcionar como en compartimentos estancos en que dividía sus dos vidas, pero otras veces me daba la sensación de que dentro de su cabeza era compatible», resume Antonio Soler. Porque don Hipólito se aferraba al iluminismo, a la antigua corriente según la cual mediante el sexo podían acercarse a Dios de una forma más cierta que aquella que defendía la Iglesia tradicional.

Por eso, como cuenta Antonio Soler, el sacerdote decía que los rostros de éxtasis de las santas en las obras de arte no se correspondían con la mística, sino con orgasmos. «Nunca sabremos si creyó en lo que iba predicando, pero en esa complejidad he querido entrar como novelista», dice.


El escritor, en su despacho - FRANCIS SILVA

Porque las mujeres seducidas o convencidas fueron de buen grado, no hubo violaciones, aunque no todo el comportamiento fuera intachable. La Iglesia supo el caso y lo condenó a 20 años de prisión, pero las que se llamaron 'hipolitinas' hasta lo recibieron cuando recobró la libertad.

El escritor cree que la clave está en la manipulación a las que se somete: «Hay un abuso de autoridad, que habla del poder que tenía la Iglesia y el poder en concreto que este nombre tenía en la ciudad. Y luego el confesionario, que es un lugar donde el secreto está pactado, pero también está pactado que el confesor interrogue y se aproxime a la intimidad de las personas». Y como está convencido de que lo predica es verdad, es capaz de manipular a las mujeres, que incluso lo cuidaron durante su enfermedad y hasta el momento de su muerte, «y lo trataban como a un verdadero santo, y después cuidaron a su hermana».

La estrategia de las sectas

Sí, las mujeres parecían estar convencidas, «pero eso es también la estrategia de las sectas, que también están convencidos, pero también están manipulados». Lo hacía incluso con una liturgia que imita a la cristiana, no son simples encuentros sexuales, y eso influía, «porque lo adornaba con un ritual para que estuviera a la altura de lo que predicaba».

'Sacramento' relata cómo su autor empezó a saber de Don Hipólito, de su parte buena y de la que no lo era, en los años 70, y cuenta que vivió a unos 800 metros de él sin saberlo. ¿Qué le hubiera preguntado, si hubiera podido hablar con él de lo sucedido? Para Antonio Soler, lo fundamental es si realmente estaba convencido de lo que decía. Se conoce la respuesta, porque es la que dio siempre al tribunal que lo juzgó: «No tengo conciencia de haber pecado». Aunque pudo haberle preguntado por la forma en que empezó a concebir todo ese «aparato» con que consiguió que tantas mujeres lo siguieran, «como al flautista de Hamelin».

[publicado en ABC-Córdoba 1/mayo/2022]