Daniel Gascón: «Ahora se trata igual algo importante y una chorrada»

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El escritor visitó ayer la Feria del Libro de Córdoba para presentar un libro sui géneris, titulado 'Fake news'

FÉLIX RUIZ CARDADOR, Córdoba 01/05/2023

 

El escritor Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) visitó ayer la Feria del Libro de Córdoba para presentar un libro sui géneris, titulado 'Fake news. Cómo acabar con la política española'. Se trata de un volumen híbrido con textos y viñetas, con un enfoque satírico y humorístico que le vale para abordar los cinco años locos que ha vivido la sociedad española con mociones de censura, pandemia, crisis, guerras como la de Ucrania y polarizaciones diversas como en el caso catalán o en la dialéctica entre lo urbano y lo rural.

—'Fake News' es un libro singular. Digamos que heterodoxo pero en cualquier caso muy divertido y cargado de humor y de juego. ¿Cómo nació?

—Cuando escribo libros o columnas suelo enfocar los temas desde una perspectiva seria. Pero a veces abordas asuntos que por su naturaleza no encajan ahí. Descubrí una manera de afrontarlos a través del humor y de la sátira, una forma humorística y bastante borgeana de narrar la realidad, pues, aunque estás inventando historias, también estás contando en el fondo la realidad. Creo que es una forma de mezclar géneros y descubrir mecanismos. Me invento historias y películas y todo eso me gusta. En el libro también están las viñetas, y eso es porque yo en la pandemia, en vez de ponerme a leer 'La montaña mágica' como hicieron algunos, me dediqué a dibujar. Pensaba en publicarlo por separado, pero al final vi que encajaban bien.

 


Gascón en la puerta de la Colegiata de San Hipólito RAFAEL CARMONA

 

—Habla en su libro de lo efímero de los temas de la actualidad, de la noria en la que cada semana hay un escándalo o un 'notición' que luego se olvida. ¿Esto tiene fin o irá a más?

—Parece muchas veces que todo el mundo está muy cansado de esto, pero no cambia nuestra situación. Todo aparece ahora mismo como una emergencia. Una característica de estos años es que las cosas importantes se tratan igual que si fuesen chorradas, no hay diferencias. Se habla mucho de la postmodernidad, pero a mí me recuerda al barroco con todos los trampantojos y la confusión entre lo importante y lo accesorio.


El escritor, durante su intervención en la cita literaria cordobesa RAFAEL CARMONA

—Usted ha escrito mucho sobre el tema catalán, incluso un libro, 'El golpe postmoderno'. ¿Cómo está el asunto cinco años largos después?

—Hay dos frustraciones. Por una parte están los que se querían independizar y no pudieron. Por otra, los que quisieron advertir del peligro que existía. Ahora hay una especie de apaciguamiento que tiene que ver con las medidas del Gobierno pero también con el hecho de que se demostró que el 'procés' era imposible. Ahora habrá que ver si gana el PP, y más aún si gobierna con Vox, si eso les vale a los independentistas para intentar hacer lo mismo. Tampoco hay que olvidar que se están haciendo concesiones injustificables en temas como la malversación y la sedición, asuntos en los que no se ha protegido al Estado.

—¿Qué balance hace hoy de la nueva política que nació del 15M?

—Entonces hubo una especie de cambio generacional y algunas demandas importantes de transformaciones. Los institucionalistas, que eran los de Ciudadanos, casi desparecen. Podemos ha traído una forma muy agresiva de hacer política, a lo que se suma su incapacidad legislativa, que se ha visto con claridad en la ley del 'sí es sí'. Otro tema curioso es que el 15N eran reivindicaciones juveniles y en muchas circunstancias los jóvenes hoy están peor todavía. Aunque quizá la mayor rareza es que ese movimiento está derivando hoy en una candidatura que nace desde una vicepresidencia del Gobierno, por lo que es difícil ver algo más institucional. Vox, por último, es reacción al proceso catalán y han demostrado bastante ineficiencia cuando convocan una moción de censura y tienen que llamar de candidato a alguien que es un símbolo de la Transición y de la izquierda.

—Su libro también abarca la pandemia. ¿Qué recuerdo guarda de esos días cuando ya ven quedando atrás?

—Lo veo como un tiempo detenido. Dos o tres años en los que no sabes muy bien si algo pasó antes o después y que fueron una experiencia aterradora, con muchas personas que murieron solas. Lo que pasa es que en ese momento no sabíamos muchas cosas que hoy sabemos. Yo pienso en esas seis semanas sin salir y me pregunto en cómo pudimos aceptar eso. El encierro, las multas, los toques de queda, cosas que no habían vivido ni nuestros abuelos. Pero también pienso en cómo se pudo encontrar la vacuna tan pronto y en muchos ejemplos de solidaridad y heroísmo.

—Para acabar, ¿cómo ve la confrontación entre el mundo urbano y el rural, entre los del Starbucks y los del Jhon Deere?

—Es curioso eso. Hace poco todos los españoles vivíamos cerca del campo pues la mayoría venimos de gente del campo. Pero de repente hay una desconexión. Ahora están los que tienen una relación productiva con el campo y los que lo ven como una reserva natural. El otro día decía un tertuliano en la radio que a los agricultores y ganaderos no les importa el problema del agua (risas). Era sorprendente escuchar algo así de una persona que lo dice desde una radio en Madrid.

[publicado en ABC 1-mayo-2023]