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Remedios Zafra: «La tecnología tiene usos con el poder de pronosticarnos»

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La autora cordobesa habla en 'El bucle invisible' de la forma en que el algoritmo transforma la vida


Remedios Zafra, en la Feria del Libro de Córdoba ÁLVARO CARMONA

Luis Miranda, Córdoba, 25/04/2023 

 

Desde que apareció 'El entusiasmo', cada nuevo libro de Remedios Zafra (Zuheros, 1973) es un acontecimiento en el que muchos lectores buscan encontrar sus reflexiones sobre la relación entre el trabajo y la vida. La escritora habló este lunes en la Feria del Libro 'El bucle invisible'.

-Todo el mundo habla del algoritmo, pero, ¿qué es en realidad?

-Son las indicaciones matemáticas que se le dan a la máquina para que cumpla un cometido, para resolver un problema o que cumpla una función, pero tienen que ver con unas consignas con las que se programa. Tendemos a pensar que son neutrales, imparciales, porque lo que viene de la tecnología y las matemáticas tiene como ese halo de invisiblidad y objetividad.

-¿No podemos llegar a él, es realmente invisible?

-Al principio se programaban páginas web y era habitual usar programas que permitían, a modo de persianas, ver el resultado y la programación que había detrás, las órdenes para que todo aquello fuera de forma determinada. Esa transparencia se ha ido perdiendo y hoy la programación es mucho más opaca, los algoritmos se han convertido en el tesoro de las industrias tecnológicas, y se guardan con mucha cautela, porque en ese valor está el potencial económico de lo que hace una aplicación o de una inteligencia artificial, como las que definen la nueva era.

-¿Será tan importante? Cambiará mucho el mundo?

-Cambiará formas de trabajar: más del 80% de los trabajos se verá afectado y los distintos estudios que se han hecho en el sector creativo dicen que el 30% de los trabajos corren riesgo. No obstante, todo esto se puede anunciar en 'El bucle invisible', pero no es tanto sobre inteligencia artificial, sino que sigue la línea de 'El entusiasmo' y 'Frágiles', en que hablo de la transformación de las vidas-trabajo mediadas por máquinas. Aquí enfatizo más en este asunto: cómo una sociedad que ha normalizado que la máquina viene con nosotros puede cambiar la forma de construirnos como personas. Tendemos cada vez más a delegar en la máquina y estudio cómo cambia nuestra forma de trabajar y relacionarnos.

-¿La máquina entonces nos cambia o nos conoce?

-Hay usos no que nos describen, sino que tienen poder de pronosticarnos. Así como la estadísticas se basan en lo pasado, cuando esos datos son masivos, se puede suponer que si uno hace determinadas cosas con frecuencia, tiende a hacerlas. Esa tendencia a repetir propia de los datos acumulados, y que se van dando por supuestos en la forma en que las aplicaciones y la tecnología, con poco tiempo para pensar, buscando la respuesta rápida. A mí esta hipótesis me preocupaba en relación a si la tecnología puede contribuir a mantener un mundo injusto.

-Es un poco inquietante ¿Somos entonces pronosticables?

-(....) Este silencio alude a que yo quisiera decir que no somos pronosticables, pero sí somos muy pronosticables. Los big data, en que se sostiene la cultura algorítimica, son los que se construyen también las previsiones y estadísticas. Estos estudios son de los que nos valemos para hacer previsiones y son muy positivos. Gracias a eso hay muchas cosas a las que nos podemos enfrentar. Pero en ese grado de pronóstico y repetición, el humano tiene un margen para la libertad y la improvisación, para salirse de lo pronosticado. Conocer hasta qué punto los mundos que creamos dificultan o favorecen esos grados de libertad es importante.

-¿Es un margen grande?

-Hoy en día parece que vivimos un espejismo de libertad, pero a veces se reduce a darle a un botón, a aceptar determinadas aplicaciones, en que estamos sin pararnos a pensar si uno podría no estar en ellas. Nos dejamos llevar por la inercia. Detenernos a pensar es lo que pretenden los textos más reflexivos y un trabajo más filosófico, el reivindicar ese extrañamiento respecto a lo que hacemos por inercia.

-¿Cómo ha colaborado la tecnología en el trabajo?

-La tecnología se ha vuelto portátil y allí donde nosotros estamos, allí también está el trabajo. En el contexto digital los trabajos se han vuelto más líquidos, ya no tienen tanto que ver con prácticas acotadas. Una práctica relacionada con la comunicación, el periodismo, la creación, no es algo que termine cuando la entrevista se publique, sino que se generan determinadas rutinas del hecho de ser públicas que generan nuevas obligaciones, nuevos trabajos. Estamos sometidos 24 horas al escrutinio público. Este es un contexto duro para los trabajadores contemporáneos que se apoyan en las redes y la tecnología.

[publicado en diario ABC 25-abril-2023]